sábado, 29 de noviembre de 2014

La Personalidad del Abogado



La personalidad es un constructo psicológico, que se refiere a un conjunto dinámico de características psíquicas de una persona, a la organización interior que determina que los individuos actúen de manera diferente ante una circunstancia. El concepto puede definirse también como el patrón de actitudes, pensamientos, sentimientos y repertorio conductual que caracteriza a una persona y que tiene una cierta persistencia y estabilidad a lo largo de su vida de modo tal que las manifestaciones de ese patrón en las diferentes situaciones posee algún grado de predictibilidad.

Personalidad del Abogado

El perfil de un abogado debe estar sujeto siempre a una conducta moral impuesta por el mismo, debe dando de esta manera una imagen de seguridad, sinceridad y confianza, para con el cliente y con todas las personas, manteniendo siempre un proceder integrado enfocando su actuar en procedimientos justos. Dentro de la personalidad de cada abogado deben estar presentes las siguientes cualidades:
Honradez: es un sinónimo de probidad, rectitud de ánimo, integridad en el obrar, respeto por las normas que se consideran adecuadas.

Dignidad: el abogado como figura en la sociedad, debe abstenerse de frecuentar lugares indecentes, evitar las malas relaciones y no endeudarse.

Probidad: esto quiere decir, rectitud del ánimo y del proceder.
Discreción: el abogado debe tener sensatez para hablar, obrar y tener prudencia.
Eficacia: es la capacidad para obrar o para conseguir un resultado determinado.
Desinterés: debe librarse de todo espíritu de lucro, el abogado no ejerce un oficio, si no que cumple con una función social.

Veracidad: implica lealtad, el abogado debe evitar de manera escrupulosa, toda alteración de la verdad.

Una de las cualidades esenciales es la confraternidad, a los abogados se supone que los une un lazo de fraternidad, la cual demándala ayuda mutua.

Es abogado debe tratar a sus colegas con cordialidad y delicadeza, debe abstenerse de decir palabras hirientes, las actitudes agresivas e insinuaciones malévolas.

El abogado en el tribunal es el defensor de una causa, es por ello que debe actuar con probidad, una conducta recta y buena fe, además, debe ser veraz, es decir evitar siempre la mentira.